jueves, 14 de enero de 2010

No me pienses

Hoy decidí amanecer, amanecer con el día. No perderme ni un segundo de él. Y es que me cansé de hablar en difícil y enredarme más de lo que yo creía poder.
"Las cosas pasan por por algo" dije alguna vez; mas completo el descubrimiento no estaba tal vez. Nunca lo pensé, tampoco me lo cuestioné. Fue algo que simplemente en el camino encontré.
Maravillada me encuentro una vez más. Ya anhelaba esta sensación que hacía tiempo dejé atrás.
De lo que me trato de convencer, es de que aunque todo este al revés, nada de sentido tiene si es que no te la crees. Fuera de elegir mal, lo peor que podría pasar es no tener una ilusión, no vivir en un sueño, ni tener una pasión.
Que fácil decirlo, claro que lo pensé. Olvidar toda la mierda aprendida en una vida, ¿Qué tan difícil puede ser?.
Inconformidad permanente, sensaciones convincentes, que te abandonan de la manera mas sublime, desconcertante e inimaginable en el instante en que la mayoría del tiempo resulta como encontrar un poco de fe en uno mismo o quererse hoy en día.
La cura, es vivida día a día. La razón ya fue relativizada. Lo único que nos queda "nadie lo sabe". Nacemos con ello.
Si es que se osa decir algo, debería ser que la relatividad nos absorbe, que la vida es cíclica, que todos nacimos con un fin y que la verdad es absoluta.
El sarcasmo es necesario y la sociedad nos enferma; tanto que el síndrome de abstinencia nos mataría. El amor; un enigma prehistórico cuestionable del que ya nos hemos hartado, con el cual hemos saturado el mercado y dará lugar a la consecuencia de creer en la misericordia y la salvación.